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  • Oración de La Faba

     - ¡Perfecto! – susurró el hombre a los oídos de su amada que dormía junto a él haciendo la cucharita.

    La habitación estaba oscura, y todo estaba en silencio, apenas se percibía el ronquido rítmico del perrito tumbado en el suelo.

    - ¡Perfecto! – susurró el hombre de nuevo - y, tras darle un beso a la chica en la cabeza, él también cerró los ojos. El paseo con el frío invernal, el sonido reconfortante de la chimenea, la sensación de estar juntos, todo esto formaba parte pequeña, pero importante de su vida. Ya estaba medio dormido cuando le vino el pensamiento de que con muchas mujeres se pasa bien estando juntos…pero el dormir juntos…dormir así con alguien, es algo totalmente distinto, una sensación que jamás se pasaría. ¿Tal vez esto es el amor? ……..Finalmente la placidez le ayudó a adormecerse.

    Se durmió.

    ….

    - ¡Perfecto! - escuchó la chica en su sueño al mismo tiempo. Estaban de pie a la orilla del océano, uno detrás de la otra, muy cerca, alzando sus manos hacia el cielo.

    - Perfecto – susurró de nuevo el hombre. Lo sientes, ¿verdad? – preguntó.

    - Sí, lo siento. – dijo la chica. Esto es confiar plenamente en el Universo. Jamás había sentido algo así. Gracias por enseñármelo. – dijo, mientras respiraba hondo.

    La chica solo estaba allí de pie, con los brazos abiertos, acogiendo con la fuerza del los rayos del sol y del viento las palabras que el hombre susurraba a sus oídos casi en voz impercebiblemente baja:

    - ¡No lo olvides cuando vuelvas a casa porque entonces habrás caminado en vano! – susurró el hombre sonriendo, y empezó a murmurar un poema.

     

    Aunque hubiera recorrido todos los caminos,

    Cruzado montañas y valles desde Oriente hasta – recitó despacio -

    ……………….si no soy capaz de perdonar mañana a mi vecino, no he llegado a ningún sitio…..

     - No tienes que seguir. Recuerdo bien el muro de la iglesia de O Cebreiro…el poema… Es más, viviré según eso a partir de ahora. - dijo la chica-  y en ese instante bajó sus brazos y se giró de repente. Mirando a los ojos del hombre hablaba cada vez con más fuerza.

    - Lo sé bien, lo había leído suficientes veces ya en el muro de la iglesia! ¡Créeme, yo ya nunca volveré a ser como era antes! ¡Lo recordaré! Si se me olvidara, volvería al Camino una y otra vez! ¡¿Pero tú?! ¿Tú te acordarás? ¿Te acordarás cuando te duela? ¿Cuando tengas que entender que otros también tienen heridas? ¿Cuando tengas que reconocer, que cada persona es distinta? ¿Cuando tengas que comprender que debes aceptarlas? ¿Cuando te des cuenta de que ser amado no duele? ¿Te acordarás acaso del poema? ¿Recordarás por qué habías caminado?

     - Yo…empezó el hombre mientras abrazó a la chica…cuando al ruido de la alarma la chica se despertó de repente, y bostezó. Por un momento no sabía ni dónde estaba. Apagó la alarma, y volvió a la postura protectora de la cucharita por unos minutos más. El sueño se alejaba.

    - Perfecto – dijo la chica en voz baja - y disfrutó de la cercanía del hombre durante unos minutos más antes de levantarse de la cama.

    ……

    Pasaron meses hasta que volvió a acordarse del sueño.

    - Oración de La Faba – tecleó en el buscador de Google.

    Aunque hubiera recorrido todos los caminos………leía de nuevo……ahora sin la cucharita…….sin respuestas……..sin final.